viernes, 16 de agosto de 2019

Reseña Cómic: Desfigurado (1996 - 2000)

DESFIGURADO (1996 - 2000)


Autor: Salvador SanzEditorial: Ex Abrupto Editions Año: 1996 - 2000

Hurgando entre los estantes de la biblioteca pública donde suelo ir por las tardes -a usar el wi-fi y disfrutar un poco de tranquilidad-, estaba buscando un libro que necesitaba para mi carrera. Para lo cual tuve que sumergirme en esa marea incoherente de títulos y autores que muchas bibliotecarias parecieran no saber organizar, cuando de casualidad me tope con algo mucho mejor -que no debía estar en la sección de Historia-. Y vi por primera vez el nombre de Salvador Sanz en la portada de una novela grafica. La cual era DESFIGURADO. 
Así lo conocí realmente por primera vez -porque antes había visto unas páginas que hizo para “El Perro Llamador” publicada en la colección de Universo Eternauta-, y aunque solo fueran apenas unas pocas páginas, me atraía mucho la forma en que manejaba aquel tono oscuro en sus dibujos. Remarcado -creo yo- por grises y blancos con un atrapante fondo negro de fondo. Pero todo eso, sin saberlo, solo era la punta de un iceberg en el universo creativo de Salvador.  
Pero en mi caso -o por ahora- solo compartiré ese encuentro casual que tuve con DESFIGURADO. El cual me pareció, viéndolo desde ahora, muy provechoso. 

La Historia 



Darío Estigma es el empleado de una compañía que se dedica a enviar gente, por medio de lo que parecieran ser cascos de realidad virtual, a un lugar en donde estos pareciera que deben experimentan una serie de sensaciones extra corporales -aunque no se aclare del todo esa cuestión-. 
Así es como, después de haberse colocado el casco, vemos a Darío en el medio de un público que asiste a un recital de rock. En donde ira fijándose en pequeños detalles. Como buscando hallar una especie de mensaje entrelineas. Lo cual pareciera ser la tarea por la cual fuera enviado ahí. 
Pero de un momento, aun estando el recital de fondo, lo vemos formar parte de una persecución en moto. Dirigido por un grupo de gente que tiene tapado su rostro por una máscara, y que terminaran finalmente por hacer que se pierda entre tantos laberintos y espejos que lo rodean. 
Aunque no vagaría solo por mucho tiempo, porque un pequeño grupo -con la aparente capacidad de transportarse por medio de los espejos- lo salvaría de ser asesinado por una mujer, que al momento de ser rescatado, le había arrancado gran parte de su nariz con una Gillette adherida a su boca. Como si aquella fueran sus dientes. 
Y el resto ya se vuelve muy confuso, casi onírico, y pareciera cada vez más que el mundo al que había sido enviado Darío, no era tal vez lo que su jefe imaginaba encontrar. Aunque su opinión en los destinos de esta historia no importen en verdad. 
Porque el protagonista después de todo será Darío. Su jefe, o si se quiere, la empresa en que trabaja, fueron solamente quienes le dieron los medios para poder llegar hasta aquel lugar. Nada más. Él será, después de todo, quien deba investigar por si mismo quienes son los que mueven los hilos en ese extraño universo de bolsillo. 
Descubriendo con el tiempo que su lugar pareciera ser solo el de una pieza faltante en un enorme tablero de ajedrez, del que no supo, hasta un tiempo después, de que podía sumarse a jugar. Y de que aquel juego venia buscando revancha hacia un buen tiempo. 

El Dibujo 


Junto con los diálogos, con quienes van de la mano, el lápiz de Sanz pareciera ir desde lo más épico -con impresionantes ilustraciones de una sola hoja- hasta la oscuridad mas solitaria -cuando deja ver que tan magníficos son los lugares en donde habitan sus monstruosos, así como misteriosos, personajes-. 
La dinámica con que nos mueve, al momento de estar leyéndolo, es impresionante e ingeniosa. Nos da un baile visual en donde él es quien sabe moverse, mientras que nosotros, nos dejamos llevar como si fuésemos aprendices. 

Lo Malo, después de tanta cosa buena

El día que termine de leerlo, que fue dos días después de que lo retire de la biblioteca; sentí en esa última página -donde decía terminar la historia- que faltaban por aclararse muchas cosas. Así como que el autor podía seguir para unas cuantas páginas más todavía. 
¿Dónde está la crítica entonces? En que si desarrollaste medianamente bien el argumento de una historia, aunque pudiera decirse que con algunos que otros baches, no podes cerrarla de una forma abrupta. Como si fuera una tira auto conclusiva y no una novela grafica. No. Tenes que dar mínimamente un cierre coherente a todo lo que estabas contando anteriormente. 
Una cosa es cambiar la marcha con que el autor estaba contándonos algo -a través de un giro argumental con respecto a la situación que vive el personaje- y otra, que la redirija hacia un final, pongámosle conclusión; que nada tiene que ver con el argumento que nos narraba anteriormente. Aunque esto último, pudiera o no tener, una relación aparente con la idea planteada en un principio. 
Y creo que eso remarca el hecho de que la historia pareciera ser resultado de una constante improvisación. Dejándonos ver que la intención del autor, al momento de ver su trabajo, era la de  convencerse a sí mismo, a medida que lo iba terminando, si era o no de su agrado. 

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